Desde que era pequeñita soñaba con ser psicóloga y a medida que crecía me di cuenta de que la psicología era mucho más que una disciplina.

Mis raíces están en Extremadura, pero mi camino me ha traído hasta Málaga, donde he encontrado el lugar perfecto para dedicarme a lo que más me apasiona. Luché incansablemente hasta cursar el grado de Psicología en la Universidad de Salamanca.

Fueron cuatro años de intenso aprendizaje, tanto personal como profesional. Después cursé el Máster en Psicología General Sanitaria en Madrid.

Los estudios me han proporcionado un vasto conocimiento, pero también he aprendido mucho a través de mis propias experiencias y mi propio proceso terapéutico.

Creo que para ser una buena psicóloga se requiere de mucha formación, pero también considero que hay aspectos fundamentales que son más difíciles de adquirir, ya que están determinados por experiencias, principios y valores.

A lo largo de mi carrera, he trabajado con niños, adolescentes, adultos y personas mayores, tanto a nivel individual como familiar y de pareja. 

Dentro de la psicología, existen muchas corrientes de intervención. Me he formado en el trabajo con trauma, cursando la habilitación completa en EMDR y soy experta en Terapia Familiar e Intervención Sistémica.

Me gusta focalizarme en los recursos y fortalezas que todas las personas poseen y utilizarlos para el cambio. Cuando una persona viene a sesión, me gusta que se sienta cómoda, tranquila y libre de juicios para poder acompañarla en sus temores. Cada persona es diferente, por lo que me gusta adaptar los objetivos de manera individual.